Cada víctima importa: el terrorismo contra civiles no puede quedar impune

Hoy, en el Día Internacional de Recuerdo y Conmemoración de las Víctimas del Terrorismo, nos inclinamos ante todos aquellos que han sufrido actos terroristas en todo el mundo. Prestamos especial atención a Ucrania, donde el terrorismo ruso se ha convertido en una realidad cotidiana.

No se trata solo de tragedias de guerra, sino de crímenes deliberados del Kremlin contra ciudadanos ucranianos, diseñados para infligir el máximo dolor y miedo. Mientras el pueblo ucraniano anhela la unidad y una vida normal, el régimen ruso responde con la intensificación de los ataques con misiles y drones, destruyendo hogares, hospitales y escuelas. En las últimas semanas, barrios enteros han sentido la fuerza destructiva de la agresión, cuyo objetivo no es solo apoderarse de territorio, sino también quebrantar el espíritu de la población civil y menospreciar los principios de humanidad y derecho.

El terrorismo prospera cuando se enfrenta con indiferencia o indecisión. La compasión por sí sola no basta para sanar las heridas ni proteger a los inocentes. En este día, hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que vaya más allá de las palabras y adopte medidas decisivas y concretas para poner fin al sufrimiento de las víctimas, tanto en Ucrania como dondequiera que el terrorismo ataque.

Como enfatizó Pavló Grod, Presidente del Congreso Mundial de los Ucranianos (CMU): «Ha llegado el momento de actuar con decisión. Instamos a todos los aliados a que sigan apoyando a Ucrania incrementando la asistencia que conducirá a una paz justa y duradera para toda Europa».

El CMU insta a sus socios globales y a los gobiernos de todos los países a que tomen medidas urgentes y decisivas, incluyendo:

• Apoyo internacional integral a las víctimas: Los gobiernos y las organizaciones deben garantizar que la asistencia médica, psicológica y material urgente llegue a todas las víctimas, y que los derechos de los supervivientes se protejan y respeten incluso después de que los acontecimientos desaparezcan de los titulares.
• Rendición de cuentas real de los perpetradores: Cada nuevo ataque contra civiles en Ucrania debe tener consecuencias graves e inmediatas. Los organizadores y facilitadores del terrorismo, desde los comandantes sobre el terreno hasta quienes aseguran las cadenas de suministro, deben ser llevados ante la justicia y enfrentarse a sanciones económicas o legales reales.
• Esfuerzos continuos para proteger a los civiles: Ucrania y todos los países en riesgo deben contar con los medios para proteger a su población del terrorismo aéreo, mediante sistemas robustos de defensa aérea y una inquebrantable solidaridad internacional.

La resiliencia debe ir acompañada de determinación. Todo acto terrorista es un atentado contra nuestros valores compartidos y contra la dignidad de todas las personas. Hoy, lo que debería haber sido un momento para celebrar la esperanza y la recuperación, sirve de advertencia: mientras se tolere el terrorismo en otros lugares, nadie se sentirá seguro.

Lloramos a las víctimas, pero no permitiremos que el dolor nos paralice. Que este día nos recuerde que recordar no es suficiente. Debemos responder; el mundo debe actuar con compasión, justicia y una determinación inquebrantable.