Portnikov: Putin está expandiendo su apetito territorial

Vitaly Portnikov, reconocido periodista, comentarista político y analista ucraniano, galardonado con el Premio Nacional Shevchenko de Ucrania

Fuente: Portnikov en Facebook

En medio del proceso de negociación que supuestamente pondrá fin a la guerra ruso-ucraniana, el presidente ruso, durante una conferencia de prensa en Nueva Delhi, mencionó la inevitabilidad de la «liberación» del Donbás y Nueva Rusia por parte de sus tropas.

A primera vista, esta declaración puede resultar sorprendente. Después de todo, hasta hace poco, Putin hablaba exclusivamente de la necesidad de retirar las tropas ucranianas del territorio de la región de Donetsk, controlado por Kiev, e incluso la consideraba la condición principal para el fin de la guerra. Y esto es precisamente lo que los enviados estadounidenses están tratando con el presidente ruso; es más, incluso el propio Donald Trump ha apoyado repetidamente la idea de retirar las tropas ucranianas de la región de Donetsk y ha enfatizado que los rusos «la conquistarán de todos modos». Pero ahora, la aparentemente olvidada «Novorossiya» ha aparecido en el vocabulario de Putin: ¡el apetito, como es sabido, viene con la comida!

¿Por qué Putin ha vuelto a hablar de «Novorossiya» justo ahora? En primer lugar, el presidente ruso considera cualquier negociación con él una señal de debilidad. Y más aún, percibe la búsqueda de un compromiso como una señal de debilidad. Si los estadounidenses están realmente dispuestos a presionar a los ucranianos y exigirles que retiren sus tropas del Donbás, ¿por qué no incluir otros territorios ucranianos en sus deseos de Año Nuevo?

En segundo lugar, el término «Novorossiya» en sí mismo resulta bastante vago en términos políticos y crea enormes oportunidades para que el presidente ruso presente nuevas exigencias. Por supuesto, se podrían declarar los territorios ocupados y anexados de las regiones de Jersón y Zaporiyia como «Novorossiya» y exigir no solo la retirada de las tropas ucranianas del Donbás, sino también de estas regiones. Se puede incluso no insistir en la retirada de las tropas, sino aceptar la formulación de un conflicto temporalmente congelado y enfatizar que, tarde o temprano, Rusia devolverá estos territorios; incluso en esa situación casi fantástica, cuando se logre un alto el fuego en el frente ruso-ucraniano, la espada de Damocles penda sobre las cabezas de los ucranianos.

Pero si se desea, el territorio de «Novorrusia» puede ampliarse, pues no es casualidad que Putin destacara los «obsequios de los bolcheviques» a Ucrania en su discurso dedicado a la anexión de Crimea. Y durante su discurso a los rusos en la noche del 23 al 24 de febrero de 2022, el presidente ruso también habló sobre la necesidad de la autodeterminación de los «pueblos de Ucrania». ¿Qué tipo de pueblos? ¡Y como «el pueblo del Donbás», por ejemplo! Al fin y al cabo, tales «pueblos» pueden inventarse en cualquier región ucraniana ocupada por los rusos, precisamente con el objetivo de declararla un «estado independiente» y promover la anexión. Este era precisamente el plan relámpago de Putin: deshacerse del gobierno legítimo ucraniano en Kiev y obligar a sus títeres, Viktor Yanukovych y Viktor Medvedchuk, a celebrar una serie de «referéndums» en ciertas regiones, es decir, en la misma «Novorossiya». «Novorossiya», que Rusia empezó a mencionar en agosto de 1991. Al fin y al cabo, el maestro político de Putin, Anatoly Sobchak, habló del «regalo de los bolcheviques», y el Kremlin, tanto bajo Yeltsin como bajo Putin, gastó millones de rublos para apoyar a las fuerzas y los sentimientos prorrusos en el este y el sur de Ucrania. Nunca olvidaron la posibilidad de una anexión; solo esperaban que fuera fácil y breve.

Putin tuvo que posponer el plan de anexión a gran escala en 2014, como es bien sabido. Su plan relámpago de 2022 también fracasó, pero esto no significa en absoluto que Putin haya abandonado su plan. Solo lo pospuso temporalmente y decidió que el instrumento para anexar territorios ucranianos ya no sería una guerra relámpago, sino una guerra de desgaste de varios años. Y mencionó «Novorossiya» ahora porque decidió que los estadounidenses estaban «vacilando» y se les podía exigir cualquier cosa.

¿Y qué hay del proceso de paz, sobre cuya reanudación tanto se ha hablado en las últimas semanas? De ninguna manera. Las últimas declaraciones de Putin demuestran que para él no existe un proceso de paz en la naturaleza y que utiliza las visitas de los enviados estadounidenses únicamente para ganar tiempo, prolongar la guerra y fortalecer las reivindicaciones territoriales y políticas.