La segunda federación deportiva internacional en una semana ha levantado por completo todas las restricciones para los atletas de Rusia y Belarús y les ha permitido regresar a las competiciones con pleno estatus nacional, según la publicación Dzerkalo Tyzhnia.
Se trata de la Federación Internacional de Sambo (FIAS). La organización eliminó todas las restricciones y permitió a los atletas rusos y bielorrusos competir en el torneo bajo sus banderas sin usar el estatus neutral.
Desde 2022, a diferencia de las decisiones de muchas federaciones deportivas internacionales, la FIAS ha permitido sistemáticamente que los atletas de Rusia y Bielorrusia compitan con estatus neutral, considerando que el deporte debe mantenerse al margen de la política, según el sitio web de la federación.
“El deporte es un puente para el diálogo y el entendimiento mutuo entre los pueblos, incluso en tiempos difíciles. Hemos continuado esta vía, primero devolviendo los símbolos nacionales a los juveniles y ahora a todos los atletas. Esta decisión devuelve la situación al ámbito legal, basado en la igualdad de derechos para todos los miembros de nuestra federación”, declaró el presidente de la federación, Vasily Shestakov.
Así pues, a partir del 1 de enero, los atletas de Rusia y Belarús podrán competir en torneos internacionales bajo sus banderas e himnos.
“El presidente de la Federación Internacional de Sambo es Vasily Shestakov, ruso de 72 años, del partido Rusia Unida. Ha controlado todas las actividades de la FIAS desde 2009”, escribe Dzerkalo Tyzhnya.
El 27 de noviembre, la Federación Internacional de Judo anunció un levantamiento similar de todas las sanciones contra los representantes rusos.
El Congreso Mundial de los Ucranianos (CMU) condena la decisión de la FIAS y enfatiza que el regreso de los atletas rusos y bielorrusos a la plena participación en competiciones internacionales legitima la propaganda de los estados agresores.
El deporte no puede quedar al margen de la política cuando Rusia continúa su guerra contra Ucrania y utiliza el deporte como herramienta de influencia y manipulación, y estas medidas de las federaciones internacionales ignoran los crímenes del agresor y socavan los esfuerzos globales para disuadir a Rusia.
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