
Las empresas chinas desempeñan un papel crucial en la producción de drones para Rusia: entre otras cosas, suministran componentes clave para los vehículos aéreos no tripulados (UAV) que Moscú utiliza para atacar Ucrania, escribe Bloomberg.
En total, el 92% de los componentes extranjeros de los drones rusos son de origen chino. Se trata de componentes como electrónica, cámaras, motores, antenas y módulos de navegación.
“Una empresa rusa poco conocida, ubicada a miles de kilómetros del frente, ha desarrollado un plan de cooperación con empresas chinas para resolver uno de los problemas clave de la guerra: proporcionar al ejército ruso drones de combate capaces de transformar la situación en el campo de batalla”, escribe la publicación, refiriéndose a los memorandos oficiales de la empresa rusa Aero-HIT.
Los documentos indican que la empresa tiene vínculos comerciales con el Ministerio de Defensa ruso y el ejército, y que sus productos, repletos de componentes chinos, han acabado en el campo de batalla para su uso contra Ucrania.
Aero-HIT, una empresa con sede en Jabárovsk, ha comenzado la producción masiva de drones con el apoyo del gobierno ruso. Para 2025, planean producir hasta 10.000 drones al mes.
Algunos de estos drones, en particular los Veles FPV, están siendo utilizados activamente por Rusia para atacar posiciones ucranianas en la región de Jersón y en otras partes de Ucrania.
En 2023 se impusieron sanciones a la empresa rusa, pero Aero-HIT sigue operando y aumentando su producción de drones. Según ha descubierto Bloomberg, China se ha convertido en el principal factor de su crecimiento.
Los componentes se suministran tanto directamente como a través de intermediarios en Hong Kong, Turquía y Emiratos Árabes Unidos. Entre los proveedores chinos se encuentran grandes empresas que oficialmente trabajan solo en el sector civil. Algunas de ellas envían componentes a Rusia, haciéndolos pasar por equipos agrícolas o de fotografía aérea.
En este contexto, EE. UU. y sus aliados planean reforzar los controles de exportación, pero reconocen que eludir a terceros países sigue siendo un punto débil de las sanciones. China niega oficialmente su apoyo militar a Rusia, pero de hecho continúa exportando tecnología, incluyendo productos de doble uso.
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