En el Día del Niño, el Congreso Mundial de los Ucranianos pide una acción decisiva por el bien de los niños ucranianos

Hoy, 20 de noviembre, el Congreso Mundial de los Ucranianos (CMU) se suma a la celebración del Día Mundial del Niño, un día que recuerda al mundo cada año el sagrado derecho de cada niño a la vida, la seguridad, la educación, el desarrollo y un futuro feliz.

Estos derechos fueron consagrados en 1989 por la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, documento que se convirtió en un hito histórico de justicia, humanidad y esperanza para todas las generaciones.

Desde el inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania, al menos 688 niños han sido asesinados, 2.253 heridos y casi 20.000 expulsados ​​por la fuerza sin el consentimiento de sus padres, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania.

Los niños no son sólo nuestro futuro. Son lo más valioso que tenemos, una fuente de luz y fuerza, un símbolo de nuestra responsabilidad. La sonrisa de cada niño, cada éxito y sueño es parte de la nación, su alma y su futuro. Cuando se violan los derechos de los niños, no es sólo un niño o una familia el que sufre: toda la nación, su cultura, su memoria y su forma de vida sufren.

Hoy, los niños ucranianos están sufriendo un ataque brutal a su identidad. Al deportarlos y cambiarles de vida por la fuerza, Rusia está cometiendo un crimen de lesa humanidad que tiene características de genocidio. Esto no es sólo una violación del derecho internacional: es un intento deliberado de destruir a la nación ucraniana a través de su activo más valioso: los niños, que son el corazón y el futuro de Ucrania.

El CMU exige el regreso inmediato de todos los niños a su tierra natal. Ningún Estado ni agresor tiene derecho a robar la infancia, romper destinos y privar a las personas de su futuro. Cada día de separación es doloroso para las familias, es una herida invisible pero profunda para toda Ucrania. Estos niños deben regresar a sus hogares (a sus padres, a su tierra, a su gente) sin demora.

Instamos a la comunidad internacional a actuar con decisión. Proteger los derechos de los niños es deber de todo aquel que valore la humanidad, la justicia y la dignidad. El mundo no tiene derecho a permanecer en silencio cuando se roba la infancia, cuando se destruyen destinos y se intenta borrar a las personas de su propia historia.

CMU enfatiza: el futuro de Ucrania vive en sus niños y esta voz debe ser escuchada por todo el mundo. Protejamos a los niños, protejamos a la nación.