Cerca de 90 líderes religiosos de diferentes países europeos condenaron oficialmente por primera vez la ideología del «mundo ruso» y la reconocieron como herética. La declaración correspondiente se publicó tras la Conferencia de Iglesias Europeas (CIE), celebrada del 1 al 3 de diciembre en Helsinki, según la publicación «Textos».
«Esta es la primera vez que una reunión internacional de iglesias condena oficialmente esta doctrina, que alimenta la guerra de Rusia contra Ucrania», subrayan los periodistas.
La declaración fue firmada por los participantes de la conferencia. No se aprobó formalmente como resolución; sin embargo, según el teólogo Kirill Govorun, el mero hecho de organizar el evento supone la aprobación del documento.
La CIE, que incluye a 114 iglesias ortodoxas, protestantes y anglicanas, se ha alejado por primera vez de las cautelosas formulaciones que otras estructuras ecuménicas internacionales habían adoptado anteriormente.
Seamos claros: afirmar que la muerte de un soldado en acto de servicio purifica automáticamente los pecados, presentándola como un acto de sacrificio, es herética, al igual que describir la invasión rusa de Ucrania como una «guerra santa» y representar a Rusia como un «estado catecumenal», una fuerza que frena el mal global, afirma la declaración.
La declaración condena claramente los principios fundamentales de la ideología del «mundo ruso». La considera inaceptable porque niega la existencia de la nación ucraniana, priva a Ucrania del derecho a la autodeterminación y presenta la guerra de Rusia contra Occidente como una «confrontación metafísica». También enfatiza que Moscú está abusando de los vínculos eclesiásticos, utilizándolos para justificar la agresión y promover sus propios «valores tradicionales».
Este documento supuso un gran avance en un contexto en el que el Consejo Mundial de Iglesias, del que la Iglesia Ortodoxa Rusa sigue siendo miembro, no se atrevió a emitir una condena teológica similar y se limitó a formulaciones diplomáticas. En contraste con los llamamientos generales a la oración y al diálogo, la declaración de la CIE establece compromisos específicos para las iglesias participantes. El documento habla de la necesidad de contrarrestar el uso indebido de la religión para justificar la guerra, apoyar la resistencia ucraniana a la ideología del «mundo ruso», documentar los testimonios de las víctimas de la agresión rusa y facilitar el regreso de los niños ucranianos deportados ilegalmente a Rusia.
“La mención de los niños deportados es particularmente reveladora. La CIE fue criticada por expresar su preocupación por la ley ucraniana que restringe las actividades de las organizaciones religiosas prorrusas, pero apenas mencionar el secuestro sistemático de niños ucranianos por parte de Rusia”, escriben los periodistas.
La conferencia fue organizada por la CIE, la Iglesia Evangélica Luterana de Finlandia y la Iglesia Ortodoxa de Finlandia.
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