El presidente ruso, Vladimir Putin, intenta presentar una imagen poco realista de la economía rusa, presentándola como capaz de resistir una guerra prolongada en Ucrania, según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW).
El dictador ruso intenta apoyar una campaña de información rusa que afirma falsamente que la victoria de Rusia es inevitable, según los analistas.
“Putin afirmó que el crecimiento del PIB de Rusia para finales de 2025 sería de alrededor del uno por ciento, y la inflación sería del seis por ciento o menos, mientras que el Banco Central predice una inflación del cuatro al cinco por ciento en 2026”, escribe ISW.
Según él, Rusia ahora supuestamente puede generar gradualmente un “impulso económico”, manteniendo un bajo desempleo y una inflación moderada.
“Al mismo tiempo, la reciente política económica del Kremlin sugiere que el estado de la economía rusa es mucho peor de lo que las declaraciones de Putin intentan mostrar”, escribe ISW.
En preparación para la cumbre entre Estados Unidos y Rusia del 2 de diciembre en Moscú, Putin ha buscado demostrar que la economía rusa es resiliente y puede soportar una guerra prolongada en Ucrania. Su discurso del 8 de diciembre probablemente tuvo un objetivo similar: influir en las conversaciones de paz en curso, añadieron los analistas.
“Es probable que Putin intente convencer a Estados Unidos de que el aumento de la presión de las sanciones no tendrá el efecto esperado en la economía rusa ni la obligará a hacer concesiones para poner fin a la guerra en Ucrania”, escribe ISW.
Al mismo tiempo, el líder del Kremlin ha hecho escasa mención de la guerra en Ucrania en sus discursos sobre la economía, “probablemente para ocultar la conexión entre las derrotas militares de Rusia y los problemas económicos”.
“El Kremlin intenta combinar sus afirmaciones sobre el estado de la economía rusa con una narrativa falsa sobre la supuesta victoria inevitable de Rusia en el campo de batalla”, escribe ISW.
Al mismo tiempo, los analistas argumentan que Occidente y Ucrania pueden explotar una serie de debilidades económicas y militares clave en Rusia para obligar al Kremlin a negociar y hacer concesiones reales, y que una victoria rusa no es inevitable.
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