
Rusia está lanzando drones de reconocimiento sobre las rutas de suministro militar de Estados Unidos y sus aliados en el este de Alemania, según informó el New York Times, citando a funcionarios occidentales.
Moscú intenta recopilar información que podría utilizarse para reforzar la campaña de sabotaje del Kremlin y apoyar a sus fuerzas en Ucrania.
“Funcionarios estadounidenses y alemanes han discutido las actividades de sabotaje rusas, incluyendo información que condujo al arresto en mayo de tres ucranianos acusados de conspirar con Rusia”, dice el texto.
La campaña de sabotaje rusa a gran escala ya ha provocado incendios de almacenes en el Reino Unido, un ataque a una presa en Noruega, intentos de dañar cables bajo el mar Báltico y otras operaciones.
Expertos y funcionarios de inteligencia occidentales afirman que, tras alcanzar un pico en 2024, el número de operaciones de sabotaje ha disminuido significativamente este año. Esto fue posible gracias al aumento de la seguridad en Europa y al trabajo de las agencias de inteligencia estadounidenses y europeas.
El Instituto Internacional de Estudios Estratégicos también afirmó en un informe este mes que el número de operaciones de sabotaje ha disminuido este año, pero la amenaza persiste, ya que los europeos aún intentan coordinar una respuesta, según el texto.
La inteligencia estadounidense ha estado enviando advertencias a los gobiernos europeos sobre posibles ataques. Uno de estos mensajes se refería a un intento de enviar explosivos o artefactos incendiarios en aviones de carga que sobrevolaban Alemania.
Las fuerzas del orden finalmente arrestaron a tres ciudadanos ucranianos en Alemania y Suiza. Según la fiscalía de Berlín, se trató de una conspiración para dañar la infraestructura logística.
A pesar del mayor control, Rusia conserva la capacidad de reclutar personas para operaciones de sabotaje en toda Europa. Por ello, los vuelos de drones sobre el este de Alemania, en particular en el estado de Turingia, han suscitado preocupación en Estados Unidos y Europa.
Las autoridades estadounidenses confirmaron los vuelos, pero no pudieron rastrear su origen, lo que sugiere que fueron operados por rusos o sus agentes.
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