El Congreso Mundial de los Ucranianos CMU rechaza resueltamente el llamado «plan de paz» de la administración del presidente Donald Trump para Ucrania. Esta propuesta refleja las demandas del Kremlin y presiona a Ucrania, obligándola a renunciar a su soberanía. Lo que Rusia no logró en el campo de batalla, ahora está tratando de lograrlo mediante la coerción política, utilizando a Estados Unidos para promover las ambiciones de Putin.
Rusia invadió Ucrania, niega la existencia de la nación ucraniana, comete crímenes de guerra masivos y continúa su campaña de destrucción. Ucrania es una víctima, no una moneda de cambio. Un plan elaborado sin la participación de Ucrania o de sus socios europeos y sin garantías de Moscú o Washington no puede traer la paz. Esto es una capitulación disfrazada de diplomacia.
El plan propuesto legitima la ocupación, limita el derecho de Ucrania a la autodefensa y condena a millones de ucranianos a vivir bajo constante amenaza. Está convirtiendo a Ucrania en una nación esclavizada y alentando a Putin a avanzar más hacia Europa. Al mismo tiempo, socava el derecho internacional y daña gravemente la autoridad del liderazgo estadounidense.
El CMU pide al presidente Trump que apoye a Ucrania, que con valentía y éxito repelió la invasión rusa y destruyó una parte importante de su ejército, marina y fuerza aérea. Hacemos un llamado al pueblo estadounidense a defender la libertad y rechazar cualquier plan que premie al agresor y castigue a la víctima. Apoyamos al Presidente Zelenskyi y al pueblo ucraniano en su decidido rechazo a las condiciones rusas.
La historia deja una lección clara: la política de apaciguamiento fracasó en Munich y condujo a la Segunda Guerra Mundial. Incluso hoy fracasará. Como señala el presidente del CMU, Pavló Grod: «La paz no se puede imponer al precio de la justicia. Cualquier plan real debe comenzar con la restauración total de la integridad territorial de Ucrania y garantías de seguridad confiables. La paz nunca se puede lograr mediante la esclavitud».
Recordemos las poderosas palabras del presidente Ronald Reagan durante la Semana de los Pueblos Esclavizados, cuando reafirmó la solidaridad de Estados Unidos con los pueblos que buscan liberarse del dominio soviético. Elogió a estas naciones, Ucrania en particular, por «mantener encendida la luz de la libertad» a pesar de la «ocupación militar y la brutal opresión totalitaria».
El presidente Trump no debe permitir que lo utilicen para ayudar a Putin a convertir a Ucrania nuevamente en una nación esclavizada y restaurar el imperio soviético.